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LA MUERTE Y EL EFECTO ADVERSO QUE EXPERIMENTA EL CREYENTE CUANDO NO CAMINA SEGÚN DIOS. (PARTE II)



LA MUERTE Y EL EFECTO ADVERSO QUE EXPERIMENTA EL CREYENTE CUANDO NO CAMINA SEGÚN DIOS.
(PARTE II)

La Muerte de Jesús

La muerte del Hijo permitió la victoria sobre la Muerte misma, así lo dice Hechos 2:24 “a quien Dios resucitó, poniendo fin a la agonía de la muerte, puesto que no era posible que El quedara bajo el dominio de ella.” ¿Cómo venció Cristo a la muerte? Muriendo. En la cruz del Calvario, la muerte y el Hades lograron tomar a Cristo, pero Cristo, al ser tomado, los venció por medio de la resurrección. Antes del Calvario, la muerte derrumbaba a todos los mortales. Cuando alguien moría, la muerte lo condenaba eternamente. Cuando Cristo murió, la muerte quiso hacer lo mismo, pero no lo logró porque ésta clavaba su aguijón mortal a causa del pecado del hombre, pero con Cristo no lo pudo hacer porque Él no tenía pecado. Cristo murió tomando el pecado de toda la humanidad, pero Él no tenía pecado, por lo tanto, la muerte tuvo que romper sus ligaduras y liberar a Cristo. 

Dice 2 Timoteo 1:9 “quien nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad, v:10 y que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien abolió la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio”. Cristo, con su muerte tuvo victoria sobre la muerte. Él sacó la inmortalidad y la Vida Eterna por medio de la preciosa obra de la cruz. Dice Apocalipsis 1:18 “y el que vive, y estuve muerto; y he aquí, estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del Hades.” Cristo tiene el testimonio en sí mismo de que Él venció a la muerte y al Hades.

Todos los hombres estamos incluidos en la muerte de Cristo. Esto quiere decir que estamos incluidos en la muerte de Aquel que venció a la misma Muerte y al Hades, de manera que los efectos de Su resurrección también se manifiestan en nosotros. Dice Romanos 5:3 “¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? v:4 Por tanto, hemos sido sepultados con El por medio del bautismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. v:5 Porque si hemos sido unidos a El en la semejanza de su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de su resurrección”… además, el apóstol Pablo dice en Filipenses 3:10 “y conocerle a El, el poder de su resurrección y la participación en sus padecimientos, llegando a ser como El en su muerte”. Si fuimos incluidos en la muerte de Cristo, también la Vida de resurrección ha de tener un efecto en nosotros. Ahora, tal como titulamos este artículo, veamos la muerte y el efecto adverso que experimenta el creyente cuando no camina según Dios.

1. El efecto de la experiencia de muerte a causa del pecado

Nosotros no volveremos a estar en condenación eterna y nunca experimentaremos la muerte de la cual Cristo ya nos liberó, pues, hemos pasado de muerte a Vida. Ahora bien, si practicamos constantemente el pecado, vamos a experimentar una dimensión, estado, o experiencia de muerte en nuestra vida espiritual. Leamos el siguiente pasaje para confirmar y aclarar lo que hemos dicho Romanos 8:13 “porque si vivís conforme a la carne, habréis de morir; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.” Algunos se niegan a creer que pueden morir espiritualmente, pues su argumento es que la Vida Eterna no puede morir. En cierta manera están en lo correcto, pues, la muerte ya no puede tener victoria sobre la Vida que Cristo nos ha dado. El hecho de que “eternamente”, la muerte no nos puede alcanzar a los hijos de Dios, no quita que sí podemos experimentar un efecto de muerte espiritual. Podemos experimentar el efecto de muerte sin estar muertos, tal como viven en “muerte” los que no conocen a Dios. Si así no fuera ¿Por qué dijo el apóstol Pablo: “…Despierta, tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo.” (Efesios 5:14)? ¿Por qué citó el apóstol estas palabras para dirigirse a los creyentes de Éfeso? Es obvio que los que no conocen al Señor están muertos espiritualmente, pero los que conocen al Señor y se dedican a pecar de manera constante, y viven en una terquedad y deliberada desobediencia al Señor, también los alcanza el efecto de la muerte.

Si nos entregamos al pecado, siendo hijos de Dios, nos convertimos nuevamente en esclavos del pecado. No me estoy refiriendo a los pecados que cometemos por causa de la debilidad de la carne, sino aquellos pecados a los cuáles nos entregamos voluntariamente, y que no tenemos ni el más mínimo deseo de dejar. La gracia nos fue dada para que podamos arrepentirnos de nuestros pecados, y obtener perdón y justificación ante el Padre, pero eso no es sinónimo de decir que nos dieron licencia para pecar. La gracia no es una licencia para pecar deliberadamente las veces que queramos. 

Dice Romanos 6:16 “¿No sabéis que cuando os presentáis a alguno como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, ya sea del pecado para muerte, o de la obediencia para justicia?” No es lo mismo que el pecado nos alcance, a que nos presentemos ante el pecado con toda disposición, al punto de volvernos hábiles para ello. Los creyentes que se vuelven esclavos del pecado son aquellos que presentan sus miembros como instrumentos del pecado, tales creyentes son los que encuentran la muerte espiritual. Leamos los siguientes pasajes: 

Romanos 6:23 “Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. 

Romanos 7:5 “Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas despertadas por la ley, actuaban en los miembros de nuestro cuerpo a fin de llevar fruto para muerte”. 

Estos pasajes nos dejan más que claro, que vivir entregados al pecado nos causará una muerte espiritual. Debemos ocuparnos de nuestra santificación, y vivir de una manera agradable al Señor por causa de la Vida que Él depositó en nosotros. Esto requiere un precio a pagar de parte nuestra, pero debemos escoger entre la Vida y la muerte, nosotros decidimos si queremos ir en caminos de muerte o vivir en la dimensión de la Vida de Dios.

2. El efecto de la experiencia de muerte también se puede dar cuando nosotros insistimos en tener aspectos de ley en nosotros.

Algo que ha sido complicado para mí, y lo sigue siendo, es el hecho de darme cuenta que aunque he tenido la disposición de no vivir bajo principios de ley, a menudo tengo que vomitar ciertos legalismos que surgen en mi vida de una ú otra manera. Es increíble que todos los seres humanos tenemos la tendencia de vivir bajo ley, pues, esto no es algo que adquirimos al venir al Señor, sino que somos legalistas aún siendo no creyentes. Es una pasión para el ser humano vivir sabiendo el bien y el mal, y a la vez, depender de ello. Dice Romanos 7:10 “y este mandamiento, que era para vida, a mí me resultó para muerte;” Este verso dice claramente que los mandamientos del Señor pueden resultarnos en muerte. La razón por la cual encontramos un efecto de muerte en los mandamientos de Dios, no es porque el mandamiento es malo en sí mismo, sino por causa de que queremos encontrar la Vida cumpliendo los mandamientos de Dios, antes que poner nuestra fe en Cristo. El Evangelio no es vivir preocupado por ver qué cosas cumplimos, o qué otras no cumplimos, sencillamente debemos vivir a Cristo, y el fruto será la Vida. Cada vez que usemos la ley, hemos de morir inevitablemente.

3. El efecto de la experiencia de muerte por estar desligados del Cuerpo de Cristo.

Además de las dos razones ya mencionadas anteriormente, también podemos experimentar un efecto de muerte espiritual a raíz de vivir separados del Cuerpo de Cristo. Si Cristo es Vida Eterna, todo lo que esté incluido en Él seguramente tendrá un efecto para Vida. Nosotros somos parte del Cuerpo de Cristo, si permanecemos en la esfera de Su Cuerpo, es decir, en la comunión con los santos, seguramente encontraremos Vida. Ahora, si contrariamente a permanecer, abandonamos la comunión de los santos, tendremos muerte. 

Dice 1 Juan 3:14 “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en muerte”. Si alguien se aleja de la comunión con los hermanos, y se olvida de congregarse con el Cuerpo de Cristo, el tal no ama a Dios, y por ende, está en muerte. 

¡Amén!
Apóstol Marvin Véliz

Comentarios

  1. Buenos dias hermano Marvin...perdon, pero no entendi lo del aguijon??? En Cristo obviamente la muerte no logro clavarlo y en nosotros, entendi que lo mantenemos..??

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    1. el aguijón de la muerte es el pecado y este como consecuencia de la caída del hombre será extirpado hasta el tiempo de la transformación en nosotros y allí será quitado el aguijón de la muerte

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  2. Si vivimos: para el señor vivimos, si morimos para el señor morimos, sea que vivamos o que muramos, del señor somos. Nunca había visto este pasaje bajo la óptica de los dos temas que estas compartiendo, pues este pasaje revela nuestro estatus en cristo, 1. Que ya no nos pertenecemos, ahora somos de El y aquí no hay parcialidades. 2. Vivir o morir ya está contemplado en el acto divino de la Cruz ya que Su muerte nos trajo vida y el que cree aunque esté muerto resucitará,vivirá, nuestra garantía es cristo ya que el nos garantiza vida y está vida implica la resurrección. Ahora bien la victoria sobre el practicar el pecado y ahora sí de una vez reconocer la obra de cristo tan completa y eficaz , sus hechos consumados nos garantizan nuestra herencia y que hermoso y ahora siEl efecto adverso a la muerte que nos hace estar ligados a los hermanos, esa tarifa, esa cuota no la podemos borrar , ni tachar, ahora es nuestra responsabilidad edificar a otros y ser piedras vivas, para que los efectos del aguijón de la muerte que se acoplan tan bien en la religiosidad y apariencia de piedad no promuevan nuestra justicia propia, como la que el joven rico trato de presentar ante el señor cuando le pregunto, entonces quién es mi prójimo, quién es mi hermano!!
    Si el origen de todas las cosas se dio en la comunión del padre con el hijo y el es el principio y el fin ... nuestra caminata deberá reflejar luces de vida llegando a ese maravilloso principio corporativo, que ahora cristo es mi hermano y hermana,a quien vemos ....líbranos señor del aguijón,líbranos de la muerte, daños a conocer que tú vives y brindas vida en los pámpanos que están pegados a la vid.. oh glorioso jesus, hazlo por favor.

    Walter Aguilar

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  3. Efesios 2.1–5 1Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. 4Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos).

    El señor nos da su vida y lo menos que el desea es que volvamos a experimentar una muerte espiritual como la teníamos antes, de tenerlo a El en nuestro espíritu, antes éramos dominados por el espíritu de satanas, viviendo solo para este sistema embebidos en nosotros mismos, donde todo nuestro centro era el yo, pero ahora después de recibir al señor jamas somos iguales, porque nos dio vida por medio de la fe y esto no procede de nosotros es su don, es su gracia para nuestras vidas, cuando dejamos de creer en esta realidad y nos enredamos en este sistema, y empezamos a caminar sin fe, experimentamos la muerte y regresamos a vivir como antes no haciendo uso del espíritu de Cristo en nosotros, y con un efecto de muerte en nosotros. amen. Hna. Lidia Sagastume

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    1. dicho de u¡otra manera lo que tu expresas, el vivir en el yo nuestro, en ese falso yo que forjamos en nuestra antigua manera de vivir, solo nos hace vivir en muerte, este el uno de los efectos de muerte que mencionamos en el articulo.

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  4. Me llamaba mucho la atencion en este articulo como somos presa faciles de vivir en muerte y algo que menciona es sobre la sutileza de vivir el bien y el mal, el cual nos trae muerte, y si nos preguntaramos que clase de vida llevamos, una vida atada a la ley de pecado? Dice un verso en (Ro.7:18) por que el querer esta en mi, pero no el hacerlo. Nuestra vida esta llena de fracazo por que esta atada al pecado, algunos tenemos legalismos en nuestra manera de ser, somos muy correctos, pero a la vez demasiados rigidos e inflexibles en lo que somos y en lo que hacen otros, siempre nos comportamos como jueces supremos, mas bien nos falta amabilidad y dulzura en nuestro trato con los hermanos y por eso vivimos en un estado de muerte.
    Realmente Dios a designado para cada cristiano una vida de pleno gozo, esta vida de completa paz y en ninguna manera se opone a la voluntad de Dios, esta vida no tiene sed de las cosas de este mundo se aparta del pecado y tiene victoria, es una vida Santa, victoriosa y llena de poder aleluya es la vida que Cristo nos dio. Amen
    Rosmery dd portillo

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