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CUANDO DIGAN ¡PAZ Y SEGURIDAD!


CUANDO DIGAN ¡PAZ Y SEGURIDAD!

Al tiempo de la venida del Señor, cuando se de la resurrección y la transformación, también tendrá fin este sistema mundanal. Ese momento será glorioso, pues, veremos a nuestro Señor Jesucristo viniendo en las nubes con todos los santos de todas las edades, pues, todos volverán a la vida. Eso no será una experiencia interior espiritual, sino será una vivencia tangible, externa, transformadora. 

¿Qué debemos hacer nosotros ante tal realidad? Dice 1 Tesalonicenses 5:3 “cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. v:4 Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón”. Si leemos este verso sin tanta imaginación apocalíptica evangélica, nos podemos dar cuenta que las palabras “paz y seguridad” a veces son dichas hasta por los hijos de Dios. Nuestro problema es que hemos creído que algún día vamos a ver esas palabras en todos los medios de comunicación del mundo. Los que alguna vez vimos doctrinalmente a Israel como “el reloj de Dios”, hemos pensado en ese momento en el que digan que hay paz y seguridad en el medio oriente; los que han visto a Europa como ese “reloj”, esperan que la Unión Europea publique tales palabras. Las cosas no sucederán así, el medio oriente no estará en paz, en esta era el país de Israel no será levantado por Dios como la capital del mundo. El país de Israel que hoy conocemos en el Medio Oriente no es el Israel con el cual Dios quiere tratar, para Dios en el Nuevo Pacto sólo existe Su Reino, que es la Iglesia. 

Este asunto de “Paz y Seguridad” no se oirá a grandes voces, sino se oirá entre aquellos que viven enajenados de Dios y su Reino; cuando las almas en su corazón dicen estas palabras, entonces, la venida del Señor viene para ellos como destrucción repentina. ¿Acaso no es cierto que entre más cerca caminamos del Señor, es más clara la alarma del espíritu reconviniéndonos en nuestros caminos? Cuando estamos bien con el Señor, es muy normal percibir al Espíritu Santo redarguyéndonos. Generalmente cuando hacemos lo que Dios no quiere, nos sucede algo: “Perdemos la paz”, nos entra desasosiego en nuestra alma, nos sentimos incómodos. El apóstol Pablo dice en Colosenses 3:15 “Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones…”, un gran método para caminar bien con Dios es la “paz” que Él nos da. El problema es que la paz de Dios no siempre funciona, porque cuando una persona insiste en seguir haciendo aquello en lo que ha perdido la paz, llega el punto en el cual la conciencia se cauteriza, y ya no hay más redargüir departe del Espíritu Santo. Qué bueno si atendemos la paz de Dios cuando sintamos que nos hemos desviado, regresemos rápidamente al sendero de la paz.

Cuando el corazón se endurece ante las llamadas de atención de Dios, también empezamos a percibir una tranquilidad, pero no porque esto provenga de la paz de Dios, sino es el resultado de una conciencia cauterizada. Esto le sucede a muchos creyentes, llegan al punto de sentirse mejor cuando no se congregan. Estos son aquellos que cuando digan “Paz y seguridad”, la venida del Señor los va a tomar por sorpresa y destrucción repentina. Dice Hechos 7:51 “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros”. Todo creyente que sea resistente al Espíritu Santo, el día del Señor lo tomará por sorpresa. No juguemos con el Espíritu Santo, no perdamos la paz que gobierna nuestros corazones. No esperemos que los gobiernos digan “Paz y seguridad”, más bien cuidémonos interiormente de no decir tales palabras viviendo alejados de Dios. 

Hay muchos jóvenes que emigran de la Iglesia por querer llegar a ser “algo” en la vida, por construir un futuro que les dé “seguridad” (estabilidad económica), a los tales aquel día les vendrá para destrucción repentina. Cuántas excusas no ponen los hijos de Dios por buscar esa falsa “seguridad” que da el dinero; cuidémonos de que aquel día no nos alcance así. Esto es como la parábola que dijo el Señor en Lucas 12:16 “La heredad de un hombre rico había producido mucho. v:17 Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? v:18 Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; v:19 y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. v:20 Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma”. Esta es la destrucción repentina de la que les habló el apóstol Pablo a los hermanos de Tesalónica. 

Cuánto debe interesarnos la venida del Señor, pues, aunque ésta venga sorpresivamente, debemos trabajar nuestro corazón para que aquel día no nos sorprenda como ladrón. Dice Hebreos 3:7 “Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, v:8 No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, v:9 Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, y vieron mis obras cuarenta años. v:10 A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, y dije: Siempre andan vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos. v:11 Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo”. Aprendamos de estos ejemplos, no caminemos en rebelión en nuestro corazón. Hay muchos creyentes que viven en rebelión en contra de Dios, para ellos todo lo que tiene que ver con la autoridad les pesa en sus corazones. Se está haciendo muy normal para los creyentes no aceptar la autoridad impuesta por Dios a través de los ancianos de la Iglesia Local, o a través de los ministros, o a través de cualquier hermano del Cuerpo de Cristo. Nadie en este mundo está exento de autoridad, de una manera ú otra todos los seres humanos tienen que darle cuentas a alguien. En la Iglesia todos valemos lo mismo, todos somos iguales ante Dios, pero eso no pelea contra el principio de sujetarnos unos a otros, porque en el Reino de Dios lo que predomina es Su autoridad. No nos dejemos envolver en nuestro interior por la necedad de nuestro corazón, al punto que digamos: “Paz y seguridad”. Tal estado de necedad no sucede de la noche a la mañana, sino es algo a lo que poco a poco nos vamos amoldando, tengamos cuidado. Si ya estamos en el punto de no saber qué es mejor, si asistir a las reuniones de Iglesia o quedarnos en la casa descansando, es porque ya perdimos el rumbo, estamos enajenados de Dios, es tiempo de arrepentirnos. 

El apóstol Pablo dice en 1 Tesalonicenses 5:4 “Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón”. Muchos mal interpretan este verso porque creen que sí se puede saber, entonces, cuando vendrá el Señor. Nadie sabe cuando vendrá el día del Señor, más bien lo que el apóstol nos dice es que estemos preparados para ese día. Un hombre prudente no necesita estar despierto todas las noches esperando a que un ladrón llegue a su casa, más bien lo que debe hacer es tener algún tipo de arma con la cual poder defenderse en el caso de que un ladrón entre a su vivienda. Lo mismo debemos hacer en el Señor, no se trata de saber fechas, ni tiempos, sino de estar preparados interiormente para ese día. 

Muchos han errado a lo largo de toda la historia de la Iglesia dando fechas de la venida del Señor, pero ya basta, nadie sabe, ni sabrá el día ni la hora. Sólo no dejemos que aquel día no nos sorprenda como ladrón, ¿Cómo podremos vivir en esa alerta? Busquemos al Señor, caminemos en Él, dejemos que Su voluntad se implante en nuestras vidas y ya sea que muramos o que estemos vivos, en aquel día seremos hallados entre los fieles a los cuales el Señor les dará una recompensa. “Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios” (1 Tesalonicenses 5:5–6). Tal actitud es interior, mantengámonos velando en nuestros corazones. 

¡Amen!

Apóstol Marvin Véliz

Comentarios

  1. que necesidad mas profunda tenemos como pueblo del señor de entender la palabra. Hay claridad y sensates ,no hay escenarios ficticios. me ha confrontado mas bien a no poner mi confianza en las cosas de este sistema que nos generan una paz que como bien lo dices mi hermano, lo unico que hace es cauterizar nuestras conciencias ,avalando a nuestros actos reveldes a no someternos al progres de vida que el señor quiere formar en nosotros. Cuanto tiempo mas vamos a continuar con nuestra busqueda de paz en lo de afuera,, si el señor dijo "mi paz os dejo, mi paz os doy, no como la da este mundo. Busquemos la ruta que nos ofrece el señor para que sea que vivamos o que muramos estemos amalgamados con el señor pues El , solo El puede darnos esa Paz y seguridad.

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    1. todo es un asunto de vida interior con Dios lo cual poco cultivamos en este tiempo los creyentes. dios nos despierte en un avivamiento de amor a el, para que nos interesemos mas por lo de adentro que por las vanidades ilusorias de la vida.

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  2. Amen hermano ...
    Quiere decir que a los hijos de luz realmente no vivimos una verdadera paz ..Ya que el espiritu esta redarguyendonos constantemnte , pero eso es bueno para nosotros !! Indica que estamos vivos. En el Señor caminando cayendonos pero levantandonos..??
    EN CAMBIO, SI TENEM9S PAZ Y SEGuRIDAD " FALSA" Y ES PORQUE EN REALIDAD ESTAMOS FUERA SE TODO y no nos damos r ealmente cuenta de lo que estamos perfiendonos..?

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    Respuestas
    1. amen, me entendiste el mensaje en su parte medular. exactamente, mientras nos inquiete el Espíritu tenemos esperanza. por eso dice la escritura, si oyeres hoy su vos no endurezcan sus corazones.

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