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ARREPENTIRNOS ES DEJAR QUE DIOS DESMANTELE NUESTROS PROGRAMAS EMOCIONALES.

ARREPENTIRNOS ES DEJAR QUE DIOS DESMANTELE NUESTROS PROGRAMAS EMOCIONALES. 

En muchas ocasiones hemos estudiado acerca de lo que significa el arrepentimiento, pero en esta ocasión quisiera que consideráramos un pensamiento más al respecto: “El arrepentimiento es el permiso que le damos a Dios para que Él desmantele nuestros programas emocionales”. Cuando Dios llega a nuestras vidas, Él nos muestra que no tenemos nada bueno; nos muestra que no tenemos paz, que estamos alejados de Él, nos muestra que somos dados a la inmundicia, etc. Nuestra condición debiera ser otra, sin embargo, Él nos encuentra en un caos interior. 

La Biblia nos narra una hermosa parábola que nos demuestra la manera de obrar de Dios con el hombre; dice Lucas 13:6 “Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. v:7 Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? v:8 Él entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone. v:9 Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después”. Así nos trata Dios a nosotros, nos alarga Su misericordia. Lo normal debería de ser que nos convirtiéramos al Señor a temprana edad, sin embargo nos acontece todo lo contrario, a nuestra corta edad ya estamos alejados de Dios. La única esperanza para que el hombre salga de ese estado caótico es el arrepentimiento. 

Los Evangelios nos dicen a voces que debemos dar “frutos dignos de arrepentimiento”, es lo único que nos puede hacer producir los frutos que Dios espera de nosotros. Esto no es exagerar el Evangelio, es reconocer que es la única puerta de esperanza que tenemos. Debemos arrepentirnos primeramente sintiendo un dolor por nuestro pecado, luego debemos arrepentirnos cambiando nuestra manera de pensar; pero hay algo más que debemos hacer: Debemos darle permiso a Dios para que desmantele nuestros programas emocionales. 

Si no hemos llorado nuestra condición pecaminosa es porque no nos hemos arrepentido. Hay muchos creyentes que no se han dado cuenta que van caminando en una ruta de perdición, ignoran lo que hacen y lo que son, sin embargo, se creen justos en su propia opinión. Para empezar, arrepentirnos es llorar nuestra condición pecaminosa, reconocer que habitamos en un cuerpo de muerte. 

Hay otros que se arrepienten, y lloran su pecado; éstos ya avanzaron, pero son como Judas el Iscariote, un hombre que le pesó en su corazón haber entregado al Señor, que se arrepintió de lo que había hecho al punto que devolvió las monedas, sin embargo, le hizo falta algo más en el proceso del arrepentimiento. 

Hay otro tipo de creyentes que lloran su pecado, reconocen su condición, dejan a un lado su mal proceder en la vida, y hasta se integran al Cuerpo de Cristo, sin embargo, todavía les hace falta algo más en el proceso del arrepentimiento. 

Hermanos, necesitamos entregarnos a Dios sin reservas, tenemos que entregarnos totalmente, tenemos que darle permiso a Él para que llegue a lo más profundo de nuestro ser, y haga como bien le parezca. Muchas veces estamos dispuestos a servirle al Señor, a dar nuestros diezmos y ofrendas fielmente, pero no permitimos que Él toque la esencia de nuestra vida. Estar arrepentidos es estar dispuestos a que Dios desmantele toda nuestra vida para que de verdad seamos nuevas criaturas. 

El mayor de los problemas no es ser pecador, ni tampoco es ser como la mujer samaritana que tuvo cinco maridos, el problema más grande es no tener la actitud de esa mujer, la cual estuvo dispuesta a dejar su cántaro (si lo vemos figurativamente eso es estar dispuestos a dejar lo propio) ella estuvo dispuesta a dejar lo de ella, le permitió al Señor que la quebrara, que le cambiara su vida. Hermanos, el arrepentimiento consiste en tal disposición a ser anulados en nuestro “yo”. 

Si somos honestos, hay muchas cosas a las que tenemos apegos excesivos, cosas que no queremos dejar, que no estamos dispuestos a que Dios las cambie, sin embargo, es necesario entregarle toda nuestra vida al Señor. La regeneración necesita cambios. Dios tiene que destruir muchas cosas para poderlas hacer nuevas. Todas las etapas de nuestra niñez en las que nos programamos emocionalmente necesitan ser desmanteladas. Hay barreras de orgullo o timidez que surgieron desde nuestros primeros años de vida, que ni sabemos por qué las tenemos, y lo peor es que ni siquiera las podemos dominar, sin embargo, Dios quiere libertarnos de ellas. 

Obviamente nuestro problema viene desde la caída de Adán en el huerto, pero también han influido las circunstancias que nos rodearon desde que estuvimos en el vientre de nuestra madre. Nuestro hombre viejo es el resultado de la caída de Adán más todas las vicisitudes que nos han rodeado en la vida. Nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros amigos, y toda la gente que nos rodeó en la infancia aportaron su granito de arena para que se nos formaran los programas emocionales que hoy tenemos. Tales programaciones nos han convertido en seres introvertidos, orgullosos, iracundos y cuantos problemas emocionales tengamos cada uno. 

Aparte de las programaciones emocionales, también tenemos apegos excesivos los cuales no queremos soltar. En otras ocasiones he contado como en mi tierra Guatemala, cazan a los micos. A estos animalitos les gusta el maíz cocido, así que los cazadores toman un coco, le hacen una pequeña abertura y le echan el maíz cocido adentro. La abertura del coco les permite a los micos meter la mano extendida, el problema es que cuando empuñan la mano con el maíz ya no pueden sacarla, así que en la batalla de querer sacar la mano con todo y el maíz, el cazador los agarra en tal lucha y se los lleva cautivos. Más o menos así somos nosotros con ciertas cosas, nos apegamos tanto a ellas que nos pasan los años y nunca somos libres. Por ejemplo, hay personas que se refugian en sentimientos de inferioridad, y se apegan tanto a eso, que todo el tiempo viven creyendo que nadie los quiere. Siempre habrán personas a los que les vamos a caer mal, pero habrán otros que nos van a amar. Sin embargo, hay quienes les encanta creer que nadie los quiere, les gusta lastimarse con esos sentimientos de desprecio hacia sí mismos. 

¿Por qué razón tenemos tantos conflictos emocionales y apegos excesivos en el alma? Porque éstas cosas surgieron en nuestra niñez, surgieron cuando aún no podíamos hacer uso del razonamiento reflexivo. En ese tiempo aun no podíamos pensar, sin embargo, ciertas emociones se impregnaron tanto en nuestro sistema nervioso, al punto que nos hicimos reactivos a esas circunstancias de la vida. Los que tuvieron falta de amor, se refugiaron en la dureza de corazón, de modo que para ellos el amor de Dios no tiene cabida. Este tipo de circunstancias son las que se convierten en programas emocionales, en apegos excesivos que son una droga para el alma, cadenas que sólo el Señor puede quebrantar. 

Los Evangelios nos muestran a un Cristo que se especializaba en desmantelar los programas emocionales de los hombres. Él lo hizo así con la samaritana, le quebró sus programas emocionales de tajo, en unas cuantas palabras el Señor le dijo cuantos maridos había tenido, y le advirtió que el que ahora tenía no era su marido; esas palabras quebraron a la samaritana. Lo mismo hizo el Señor con Zaqueo, con el apóstol Pedro, Leví, Andrés, y otros hombres más. El Señor los quería restaurar, pero antes le era necesario quebrar sus programas emocionales. Cada vez que el Señor encontraba a alguien lo sacaba de su zona de confort, lo sacaba de su círculo de confianza, en pocas palabras, les quebrantaba sus vidas. El Señor le decía a los que llamaba en pos de sí, que les era necesario dejar padre, madre, hermanos, tierras, y casas. El Evangelio del Señor Jesús no es un cuento de hadas, ni es tampoco la historia de la lampara de Aladino, el Evangelio consiste en “nacer de nuevo”, en entregarle todo a Dios para que Él haga todas las cosas nuevas en nosotros aunque para eso tenga que quebrar toda nuestra vida. 

Dios no puede darnos Su Vida divina sin tratar nuestro hombre viejo, no puede darnos Su paz si tenemos interiormente un hombre viejo inestable; para que Dios haga algo en nuestras vidas tenemos que estar dispuestos a los cambios. En algunas ocasiones que he tenido que atender problemas matrimoniales, muchos hermanos quieren que los aconseje, pero de entrada me dicen que no están dispuestos a cambiar nada, entonces mejor ni hablemos. Si queremos seguir al Señor, arrepintámonos, démosle permiso a Él para que desmantele nuestras vidas. 

Hermanos, muchas cosas se forjaron en nuestra vida antes de tener uso de razón, y lamentablemente no podemos retroceder el tiempo para evitarlas, sin embargo, desde el momento en que hacemos uso de nuestro razonamiento reflexivo podemos responderle al Señor, podemos autorizarle a que Él haga lo que tenga que hacer con tal de ser restaurados. 

Apóstol Marvin Véliz

Comentarios

  1. Hermano Marvin yo si puedo dar Fe que Dios pueda sanar tantas heridas y restaurar nuestras vidas, yo en mi niñez tuve muchos traumas y tenia tanto miedo de salir adelante mas cuando murió mi mamá que era la causante de mi inestabilidad emocional al grado de hacerme creer que me iba a morir cuando ella se muriera, mi vida la viví como pude cuando no tenia al Señor pero cuando llegue a conocerlo a él, él comenzó a restaurarme y a tener Fe en él y creerle que el estaba en mi vida y que no me iba a dejar, lo que yo logre entender de esto es que puesta la confianza en él (creerle) todo es posible, cuan importante es creer que el es todo para uno. Yo en lo personal glorifico a mi Dios por tanta misericordia que ha tenido y me ha sacado de todos mis temores.

    Dios le bendiga Hno.

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    1. muchas gracias por tu testimonio mi hermana, estoy seguro que será de bendición para todo el que lo lea. esperamos contactar por este medio mas seguido contigo.

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  2. debemos de reconocer que cuando llegamos ante el señor en nuestra caminata como creyentes ponemos diques al señor, a nuestros hermanos y al final no reconocemos, no llega tal clase arrepentimiento que tu mencionas en este articulo.
    pero al final que dificil es la naturaleza caida adamica que se resiste a morir en vida es decir a ceder, no se trata de morir fisicamente se trata de ceder y es algo a lo cual hace constante referencia el apostol pablo cuando dirige su carta a los de colosas, Haced morir lo terrenal en vosotros,habla de un despojo de nuestra vieja naturaleza y de un nuevo recubrimiento del nuevo hombre que se va renovando hasta un conocimiento pleno, salir de nuestro YO de nuestro ego, de mi y pensar en los demas en lo que es amar en verdad nos hace progresivamente libre de nosotros mismos. yo me recuersdo que un dia en una charla despues de compartir los alimentos un hermano comenzo a contarte el porque el se sentia traumado en su manera de ser por lo que habia visto en su niñez y lo que le habia tocado vivir, el hermano estaba esperando una reaccion de total asombro de tu parte y decir por lo menos hay que orar ya y reprender , que se yo demonios , espiritus y revolverle el pelo,etc etc etc pues se nos enseño que las liberaciones debian ser tan emotivas y crear un ambiente psicologico religioso que nos hiciera creer que habiamos sido libres, pero lo que me asombra es que le diste una palabra de confianza y Fe y dejar al señor conquistarle y te atreviste a decirle que ni si quiera ibas a orar por el.
    cuando llega la palabra nos vemos en igual posicion que el joven rico, que dijo a su mismo tengo demasiado que es imposible dejarlo todo por seguirlo, pero la invitacion hoy es botar todas esas cargas pesadas ,entregarlas asi como cuando se desarma a un ejercito y se rinden a quien los conquisto. Dios mio! cuanta urgencia hay de creer este mensaje

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    1. tienes toda la razón, la verdadera liberación y transformación no consiste en cuantos demonios echan fuera de nosotros sino en cuanto permitimos que el señor conquiste nuestro viejo hombre y este le permita a El vivir en nosotros.

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  3. Dios es bueno, misericordioso y amoroso !! . Gracias Señor por hacernos de nuevo, por liberarnos de nosotros mismos y de falsos modos de ser, que no pase mas tiempo sin haber experimentado la completa vivificaron, renovación, arrepentimiento en nuestras vidas.

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    1. a partir de que el Espiritu de Dios llego a nuestro espíritu somos nueva criatura y la liberación de todo lo viejo se va dando si lo creemos y sedemos el lugar a nuestro Dios.

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  4. Este artículo me ha confrontado con la prueba que estoy pasando. Entiendo que debemos morir con aquello que no nos deja avanzar. Incluyendo las emociones. He experimentado en mi caminar que entregar mi ser a Cristo Jesús implica dejar y renunciar a todo aquello que impide mi comunión con el, aunque me sea difícil de hacerlo. Sin embargo, al dejarme por completo en las manos de Dios dejando que el haga lo que tenga que hacer y sacar lo que tenga que sacar de mi corazón y mi ser, tengo la certeza que el se glorificará en mi vida y mi situación, y seré un testimonio vivo de su misericordia y poder, en especial su amor, al tomarme en cuenta para ser un instrumento útil en su obra. El camino es escabroso pero mi confianza es que a mil lado va mi libertador y mi sustentador.

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    1. bendito camino de fe que ha emprendido hermana, siga, que vera al final una fe purificada y se dará cuenta de lo glorioso que eso es.

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  5. Cada uno de nosotros estamos necesitados de la vida de Dios, necesitados de que el aga algo en nuestro interior, pero acausa de nuestra carnalidad y de no permitir que el desmantele esos programas emocionales que heredamos desde que nacimos, nos hemos alejado de la vida del Señor y no hemos dado los frutos que el espera de nosotros, hermanos si queremos ser una nueva criatura y dejar ese viejo hombre arrepintamonos de corazon y que el aga la obra en cada uno de nosotros.Amen

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    1. gracias por tu comentario. solo déjame hacerte una aclaración para afinar nuestro conocimiento. los programas emocionales se van gestando en nosotros conforme nuestro propio desarrollo psicológico y la naturaleza caída de adán es lo que heredamos desde que nacimos.

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  6. Necesitamos demostrarle al Señor fruto de arrepentimiento porque muchas veces nuestro orgullo o por la dureza de nuestro corazon u otras cosas es que el Señor no puede desmantelar nuestros programas emocionales, asi que hoy les invito hermanos aque podamos demostrarle al Señor nuestro arrepentimiento para que asi el pueda desmatelar todos nuestros programas emocionales. Benjamin

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    1. el arrepentimiento es un dar la vuelta y regresar. así que demos la vuelta y regresemos al señor, a estar en contemplación delante de el, para que nuestra vida sea liberada y transformada. amen.

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