Ir al contenido principal

LA RELIGION VERSUS LA OIKONOMIA DE DIOS.


LA RELIGION VERSUS LA OIKONOMIA DE DIOS.

Hermanos, se nos hace necesario repasar lo que significa la oikonomia de Dios. La palabra Oikonomia etimológicamente quiere decir: “leyes domésticas de una casa”. La Oikonomia de Dios es la manera que se nos ha revelado en el Nuevo Testamento de cómo se debe desarrollar la Iglesia. El apóstol Pablo, a través de sus cartas, es el que más nos describe la Oikonomia de Dios; cuando él habla de sus peripecias, y sus experiencias con las Iglesias locales, entre líneas podemos entender la manera de cómo debe desarrollarse la Iglesia según el corazón de Dios. Debemos retornar a los principios que nos dicta el Nuevo Testamento, y vivir ligados a esos principios, de esa manera seremos trigo. Por ejemplo, el apóstol Pablo les escribió a los Corintios acerca de los problemas que ellos tenían en la cena del Señor, pero eso no quedó escrito como una reseña histórica, allí están las pautas que nos marcan cómo debemos tomar nosotros la cena del Señor. Si nuestra cena no es similar a la que Pablo menciona en Corintios, pues, corrijamos y hagamos según lo que él dice, porque eso es tratar de mantenernos en la oikonomia del Nuevo Testamento.

Debemos a renunciar a todo concepto religioso, a todo aquello que es contrario a la oikonomia de Dios, a Su Plan eterno, a Su manera de obrar. Lo tremendo es que la religión nace en el corazón de los hombres, ¿Cómo se produce eso? Eso nace con una apariencia de piedad, pero negándola al mismo tiempo. El que se está saliendo de la oikonomia de Dios no crea que lo va a notar externamente, no piense que va a escucharse de pronto una voz de ultratumba, o que los ojos se le van a quedar en blanco, estamos hablando de que nos podemos extraviar con cosas muy similares a las de Dios. El apóstol Pablo en 2 Timoteo 3:5 “…tendrán apariencia de piedad pero negarán la eficacia de ella”. La hipocresía religiosa es la manera más sutil que utiliza Satanás para alejar a los creyentes de Dios. Satanás siembra en el corazón de los hombres celo religioso, ritos, visión propia, ideas, novedades y muchas cosas “buenas” pero ajenas a la Verdad de Dios que nos muestra el Nuevo Testamento. 

Hoy en día las denominaciones son el resultado de los tantos pensamientos que se les ocurren a los hombres, y cada quien defiende tanto su línea de pensamiento que son capaces de dividir al Cuerpo de Cristo con tal de conservar su propia visión. Por ejemplo, algunos se pueden dedicar a hacer campamentos cristianos para jóvenes, en realidad no podemos decir que eso sea malo, pero no pensemos que eso es hacer Iglesia. Otros se podrán dedicar a hacer “diferentes reuniones evangelísticas”, está bien, háganlo, malo no es, pero no crean que eso es el Plan Eterno de Dios. La Oikonomia de Dios está centrada en Cristo y la Iglesia, aparte de eso no hay más. Según el Nuevo Testamento, la Iglesia tiene una manera específica de cómo ha de ser constituida, hay un diseño divino trazado desde la eternidad, y nosotros no somos quienes para alterarla o diseñarla a nuestro gusto. Hoy en día los evangélicos dicen: “Nuestra Iglesia está amparada en los estatutos de nuestra denominación”, ¿Cuáles estatutos? ¡No hay tales estatutos denominacionales!, sólo hay una revelación única que debe regir a la Iglesia: La Oikonomia del Nuevo Testamento. 

Lo que ha dividido tanto al Cuerpo de Cristo hoy en día no es la Verdad, porque la Verdad es Cristo, sino han sido los conceptos, la pasión religiosa, esto es lo que nos lleva a defender ciegamente lo que nunca deberíamos de defender. Hermanos, despertemos, no debemos concebir y practicar el Evangelio de manera arbitraria, sino según nos lo dice el Nuevo Testamento. 

El Señor Jesús dice en Mateo 13:26 “Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña”.

En el contexto de este verso vemos que la cizaña es bien parecida al trigo, y así es la religión, muy parecida a lo de Dios, pero es ajena a Dios. La religión primeramente surge como una semilla pequeña e inofensiva, pero quien la siembra es Satanás. Esto es exactamente lo que sucedió en el huerto del Edén; primeramente, Satanás llegó a proponerle al hombre que se saliera del sistema orgánico que ellos tenían: que era “la comunión con Dios”. En el huerto todo era viviente, todo era maravilloso, y la manera como Satanás les propuso salirse de esa dimensión no fue ofreciéndoles el pecado de manera deliberada, sino proponiéndoles que comieran del árbol del conocimiento del bien y del mal. La misma Biblia dice que el árbol de la ciencia del bien y del mal era bueno, de hecho, Dios nunca dijo que ese árbol fuera malo, el problema es que en la Oikonomia del huerto ellos tenían prohibido comer de ese árbol. Satanás fue muy astuto, les propuso que dejaran la Vida por los argumentos, les propuso que abandonaran la fuente de la Vida por los aspectos de ley, y eso que parecía inofensivo fue lo que los llevó a vivir fuera de la Oikonomia de Dios. 

La ley en sí misma no es mala, al contrario, es justa, santa y buena: sólo que no es para el hombre. Dios nunca diseñó que el hombre viviera bajo ley, por lo tanto, cuando él aceptó la oferta del Diablo se produjo un deterioro en el hombre que le causó la muerte. Esto es como lo que le sucede a un aparato que fue hecho para trabajar con 110 voltios, si se conecta a 220 voltios seguro que se va a fundir. Imagínese el impacto que tuvo la ley en el hombre, que sólo probó el fruto del árbol de la ciencia y murió automáticamente su espíritu, porque Dios lo había hecho para recibir y contener Vida Eterna, no ley. El hombre cayó por haber aceptado una programación distinta a la de Dios, por esa razón su espíritu murió al instante, y luego también murió su cuerpo. La historia nos muestra como los primeros hombres vivían hasta novecientos años, pero en la actualidad vemos que a duras penas se llega a los setenta años. La muerte espiritual y física era lo que el diablo quería lograr al engañar al hombre, y al aceptar tal programación religiosa, el hombre murió. Satanás no necesitó que el hombre cayera con pecados inmoralidad, sino que lo indujo a la muerte y lejanía de Dios con pensamientos de ley.

Ahora bien, el Señor nos advierte en el Nuevo Testamento que el diablo no ha cambiado su metodología, él sigue engañando al hombre con cosas parecidas a las de Dios. El Señor nos dice que el enemigo sembró cizaña en el campo, esto nos habla de una programación orgánica, de algo que crece, de algo que comienza siendo semilla pero después se vuelve una planta. La Vida de Dios también empieza a manera de semilla, primeramente es trigo, pero finalmente se convierte en una planta que da trigo. Satanás ha imitado este proceso divino, por eso su engaño es sutil, primero comienza sembrando semilla, una programación pequeña, y sumamente parecida a la de Dios. Al cabo del tiempo la cizaña produce cizaña, de la misma manera que el trigo produce trigo, ¿Qué quiero decir con esto? Que al principio solo se trata de una programación, pero después se convierte en el "yo" del hombre. Cuando termina el proceso del engaño de Satanás, aquello que inició siendo una semilla llega a tener como resultado la manera de ser y vivir de alguien. Lo que se siembra es lo que se cosecha; en lo físico nosotros somos el resultado de lo que comemos, porque nuestro cuerpo procesa el alimento y luego lo reflejamos físicamente, y lo mismo sucede en el interior, en nuestro corazón. 

Lo que cada uno de nosotros lleguemos a ser dependerá de la configuración que aceptemos. Si nosotros permanecemos en la Oikonomia de Dios y le permitimos que more en nuestro corazón, Él entrará en la experiencia del alma, cenará con nosotros, se posesionará del trono de nuestro corazón, y ya no viviremos nosotros, sino Él en nosotros. De igual manera el que acepta la programación religiosa del enemigo, un día no solo tendrá religión, sino será un religioso empedernido e imposibilitado para la transformación divina; el tal no tendrá otro camino más que esperar el juicio del Señor en aquel día.

Apóstol Marvin Véliz

Comentarios

  1. Muy interesante, cuando leo este tema me vienen a la mente cuan celosamente defendiamos en otro tiempo nuestras creencias, tradiciones y denominaciones que fue lo que hacia el Apostol Pablo y por ello perseguia y mataba a los cristianos en nombre de du religion, esto hizo hasta que le alumbro la luz verdadera de Jesus y su reino, el Apostol Pablo nos insto a no seguir a hombres y a no decir: "yo soy de Pablo, o yo soy de Pedro.." vemos este error humano donde exaltamos al hombre y a la religion en lugar de exaltar a quien merece toda la honra, la gloria y por quien por su obediencia hasta de muerte y muerte de cruz, solo por El tenemos la esperanza viva de un reino, un gobierno perpetuo lleno de paz, justicia y vida eterna, Jesus el hijo de Dios, Rey de reyes. Amen

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Si no posees cuenta de Google o de alguna otra que aparezca en el listado, puedes comentar con la opción de perfil anónimo y dejarnos tu nombre al final de tu escrito. Gracias.

Entradas populares de este blog

LA NECESIDAD DE SER DILIGENTES

LA NECESIDAD DE SER DILIGENTES INTRODUCCIÓN: Quiero empezar por decir que la diligencia es más que básica y necesaria para servirle al Señor. Recordemos que el servicio al Señor está relacionado con la Vida divina, y no sirve de nada que prediquemos y expliquemos que Cristo es el Salvador, si no impartimos Vida entre los hombres. Dios nos llamó a ser impartidores de algo intangible, así es Su naturaleza. Debemos tener conciencia que la Vida Eterna es la realidad más grande que el hombre puede alcanzar en este mundo, y a la vez, lo que nosotros debemos poner al alcance de los hombres. Dice  La Escritura en Juan 1:17 “Porque la ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad fueron hechas realidad por medio de Jesucristo” . Es, precisamente, en este punto donde la diligencia se vuelve un factor de mucha importancia, pues para mantener el fluir de vida necesitamos ser diligentes, sólo de esta manera la vida de Dios estará activa en nosotros. Leamos los siguientes

SUBIR AL MONTE Y EDIFICAR EL TEMPLO

SUBIR AL MONTE Y EDIFICAR EL TEMPLO Quiero empezar este artículo dando un pequeño contexto del pasaje que acabamos de leer. El profeta Hageo profetizó en los tiempos en los que los hijos de Israel regresaron de la deportación de Babilonia, después de setenta años. Cuando los israelitas regresaron a su tierra, toda la nación, incluido el templo, estaba en una total ruina. La mayoría del pueblo volcó su mirada a sus propias necesidades, pues, éstas eran más que obvias; pero dejaron a un lado la reconstrucción del templo de Dios. Fue en ese ambiente que el Señor levantó a Hageo y a Zacarías para que profetizaran al pueblo y lo estimularan a darle prioridad a la construcción de la casa de Dios.  El panorama que nos presenta Hageo en su libro, especialmente en el primer capítulo, se ajusta como un buen ejemplo, espiritualmente hablando, a la situación que como pueblo de Dios podemos llegar a vivir. Ciertamente el Señor nos ha sacado de la esclavitud de este mundo y nos ha tras

CÓMO DESPOJARNOS DEL VIEJO HOMBRE

CÓMO DESPOJARNOS DEL VIEJO HOMBRE El Apóstol Pablo dice en Efesios 4:19   “y ellos, habiendo llegado a ser insensibles, se entregaron a la sensualidad para cometer con avidez toda clase de impurezas. v:20  Pero vosotros no habéis aprendido a Cristo de esta manera, v:21  si en verdad lo oísteis y habéis sido enseñados en El, conforme a la verdad que hay en Jesús, v:22  que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos” . Pareciera que estos versos son una contradicción, ¿Acaso Cristo no solucionó con anterioridad el asunto de nuestro viejo hombre? ¿Acaso no fuimos libres en Cristo de nuestro pasado, o tenemos que obrar para alcanzar esa liberación? Ciertamente aquí vemos en escena al viejo hombre, pero antes de ver la existencia del viejo hombre del creyente, investiguemos qué quería darnos a entender  el apóstol Pablo al decirnos: “despojaos del viejo hombre”. En torno a esto dice Romanos 6:6  sa