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LA OIKONOMIA DE DIOS ES HACER LO QUE ÉL QUIERE


LA OIKONOMIA DE DIOS ES HACER LO QUE ÉL QUIERE 

“Oikonomia” es una palabra griega que traducida al castellano es “Economía”, pero la connotación que esta tiene de dinero en nuestro contexto cultural no nos permite hacer buen uso de ella. El significado etimológico de “Oikonomia” es: “administración o leyes para una casa”. Esta palabra “Oikonomia” aparece muchas veces en el Nuevo Testamento, pero los traductores usaron palabras muy alejadas de su significado original. En algunas versiones esta palabra Oikonomia se traduce como “dispensación”, en otras se traduce como “plan”, de modo que aun las Biblias que nosotros usamos nos alejan del sentido original que quisieron transmitir los apóstoles en su momento. 

En la carta a los Efesios 1:10; 3:2; 3:9 se muestra en mayor profundidad lo concerniente a la Oikonomia de Dios. La intención de Dios al mostrarnos Su Oikonomia es que todos hagamos lo de Él conforme a Su corazón. No basta con sólo ser creyentes, ni congregarnos, lo que Dios quiere es que seamos una Iglesia conforme a Su corazón. Dios es Poderoso, y capaz de alcanzar en nosotros Su deseo, Él no se equivoca, y aunque hayan seres humanos que van a rechazar Su “Oikonomia” divina, no obstante, habrán los que sí se van a disponer a vivir según el Plan Eterno de Dios. Dios sabe que en todos los tiempos se levantarán creyentes dispuestos a aceptar Su voluntad; y a Él le basta con esos pocos. 

Si hacemos lo que Dios quiere, es decir, si llevamos a cabo Su voluntad Eterna, no yéndonos en pos del gusto, ni de las opiniones humanas, sino aquello que es del agrado de Su corazón, estaremos bajo Su Oikonomia. Cuando hablamos de la Voluntad Eterna de Dios, no se trata de lo que Él tiene planeado para cada uno de nosotros en lo individual, sino aquello que Él diseñó desde antes de la fundación del mundo, y que tiene que ver directamente con Cristo y la Iglesia. El apóstol Pablo le llamaba a esta voluntad Eterna de Dios, el misterio de Cristo y la Iglesia. 

La voluntad de Dios es que todo sea reunido en Cristo Jesús. Normalmente todos los seres humanos a medida que vamos creciendo y desarrollándonos en nuestra vida natural empezamos a desear cosas, algunos desean casarse, otros quieren obtener alguna profesión, otros quieren emprender algún negocio, en fin, toda la vida humana está rodeada de deseos y metas por alcanzar. Cuando nosotros nos convertimos al Señor, nos sigue sucediendo algo similar, nos emocionamos en nuestra alma con la Nueva Vida que nos han dado, y aunque ya no deseamos muchas cosas del mundo, nos volvemos apasionados de las cosas de Dios, deseamos dones, nos enamoramos del activismo, etc. No es malo desear los dones y las cosas espirituales, pero ese no es el objetivo de Dios para nuestras vidas. A medida que vamos creciendo en Dios, nos damos cuenta que la vida cristiana no se trata de hacer lo que nosotros queremos, sino de hacer lo que llena el corazón de Dios. 

Hermanos, Dios no es como nosotros, Él no anda de un lado a otro, Él es estable, Él sólo tiene trazada una voluntad, y esta es la que Él trazó desde antes de la fundación del mundo. Dios no está deseando hacer algo diferente cada día, Él sigue procurando sólo una cosa: Su voluntad. Si nosotros le preguntáramos a Dios cuál es Su deseo, seguramente nos contestaría: “Mi único deseo es hacer la voluntad que tracé desde la eternidad”. A lo largo de nuestra vida Dios nos dirá muchas cosas; en algún momento Él podrá decirnos: “Hijo, quiero que te compres un carro”, en determinado momento esa será Su voluntad para nosotros, pero seguramente Él desea que tengamos un carro, no para que realicemos nuestro sueño de no andar a pie, sino porque quiere que usemos ese carro para Su Plan Eterno. Todo lo que Dios nos dice, y todo lo que Él nos da es para que llevemos a cabo Su Oikonomia, Su Plan. 

En casi cuarenta años de estar perseverando en el Evangelio, no he tenido vida más hermosa que la que tenga ahora. No les digo esto porque tenga dinero, ni porque me sienta próspero, sino porque tengo una vida maravillosamente sencilla en Dios. Yo no tengo necesidad de mostrar apariencias ante la gente, no estoy amarrado a ningún sector religioso, sólo tengo una cosa por hacer: amar y servir al Cuerpo de Cristo. Fuera del arduo trabajo físico que implica la obra, mi vida es sencilla, me dedico a compartir lo que el Señor me habla, de modo que me voy encaminando cada vez más al reposo de Dios. ¿Por qué puedo vivir de esta manera? Porque he llegado a entender la Oikonomia de Dios, que todo está reunido en Cristo. 

La razón por la cual Dios quiere que entendamos que Su Oikonomia es reunir todas las cosas en Cristo es porque quiere que toda nuestra vida, y nuestros recursos estén a disposición de Su voluntad. Dios nos ha dado muchas cosas, no para nosotros, sino para Su Gloria. Dejemos que Dios haga de nuestros hijos lo que Él quiera, si Dios quiere que estudien y sean preparados, pues mandémoslos a la universidad, pero si Él no quiere, no lo contrariemos. Dios ocupó a un Pablo que en su tiempo fue un hombre sumamente estudiado, y de igual manera ocupó a un Pedro completamente iletrado. Hay lugares en los que Dios va a requerir de una persona muy estudiada, pero esa misma persona probablemente no va a funcionar en otros lugares; y viceversa, dejemos que sea Dios quien decida todo conforme a Su Plan. 

Dios nos permita llegar hasta el día de nuestra muerte con esta convicción, de vivir para Dios, hasta que nuestro aliento de vida sea reunido con Él. ¿Acaso no es hermoso saber que, al vivir bajo la oikonomia de Dios, estamos acumulando tesoros para la eternidad? No tengamos temor de reunir todas las cosas en Cristo, es lo mejor que nos puede pasar. 

Vivir con el objetivo de reunir todas las cosas en Cristo, al inicio será algo sumamente difícil, pero con el pasar del tiempo, al llegar a entender que todo es de Dios, usted tendrá la vida más maravillosa que haya podido imaginar. Con esto no le estoy diciendo que no podrá disfrutar de la vida, y hacer muchas cosas más, pero que la centralidad sea el Señor. Por ejemplo, hay hermanos que no se congregan por causa de un partido de fútbol; en realidad, no es pecado ver un partido, ni jugar al fútbol, pero esto no debe ser causa de descuidar lo de Dios. 

Un ejemplo bíblico, de reunir todas las cosas en Cristo, es aquel hombre del Antiguo tiempo que un día dijo: “Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (Josué 24:15). Este hombre se paró con autoridad y agarró toda su casa, es decir, su esposa, sus hijos, sus bienes, sus siervos, y todo lo que tenía, para servir a Jehová, es decir, para cumplir la Oikonomia de Dios. 

Hermanos, yo los animo a vivir bajo la oikonomia de Dios; con la Biblia y la experiencia me he dado cuenta que la vida más plena que los mortales podemos alcanzar es metiendo todo en Cristo. Que Cristo y la Iglesia sea lo primero, y después de eso seguramente disfrutaremos lo que Dios nos da. Un estilo de vida que nos lleve a hacer todo lo que Dios quiere nos permitirá mantenernos en la Oikonomia de Dios.

Apóstol Marvin Véliz

Comentarios

  1. Hermanos ya no podemos seguir siendo creyentes que vivimos conforme a nuestra carne, a nuestros deseos que lo unico que obtendremos sera desviarnos de lo que Dios quiere realizar en medio de nosotros que es que hagamos su voluntad no la nuestra, necesitamos tener una actitud de arrepentimiento y dejemosle al Señor que obre en nuestras vidas para que ya no vivamos para nosotros mismos si no para realizar su obra en esta tierra como iglesia.Amen

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  2. cuan importante es que ahora como cristiano podamos obedecer y estar sujetos a la oikonomia de Dios porque muchas veces las cosas del Señor las queremos hacer por nuestras propias manos con nuestra carne dejando atras la voluntad del Señor y eso no debe ser asi que siempre en las cosas del Señor esperemos que el haga su voluntad su oikonomia y que nosotros no metamos nuestras manos en sus planes amen

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  3. Amén, debemos aprender que si estamos en la esfera de Dios todas las cosas deben ser reunidas en el, que cada cosa que pase en nuestro diario vivir o cualquier cosa que obtengamos sea para servir al reino de Dios que ya no seamos nosotros ni nuestra voluntad sino la voluntad de Dios a cada momento. Que podamos entender en realidad la oikonomia de Dios para tener una vida maravillosa en el Señor

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