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CÓMO PERDIO LA IGLESIA LA ORTODOXIA DE LA ALABANZA


CÓMO PERDIO LA IGLESIA LA ORTODOXIA DE LA ALABANZA.

En los días de los apóstoles, la Iglesia tuvo una manera práctica y orgánica de alabar a Dios; no vemos en todo el Nuevo Testamento ordenanzas, ni enseñanzas específicas dadas por los apóstoles al respecto, más que unos dos o tres versos en los cuales ellos hablaron acerca del canto y la musicalidad, la razón es obvia, ellos lo aprendieron así del Señor Jesús. Dice Mateo 26:30 “Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos”. Este verso nos muestra que ellos no se complicaron en cuanto a la musicalidad, es más, ni siquiera podemos aseverar que ellos hubieran tenido en esta ocasión algún instrumento musical. En los cuatro evangelios no hay ningún indicio de que el Señor Jesús, o alguno de los apóstoles fuera músico, sin embargo, en la última cena sencillamente “cantaron” un himno. De igual manera en el libro de los Hechos no hay muchos relatos de actividades musicales, sólo dice que “alababan a Dios, y tenían favor con todo el pueblo…” (Hechos 2:47). ¿Dónde aparece, entonces, en la Biblia, que la Iglesia debe cantar? Solamente en pasajes muy escuetos como éstos, en los que dice que el mismo Señor Jesús cantaba himnos, y que los hermanos alababan al Señor. La alabanza cantada, obviamente, es parte del patrimonio que el Señor le ha dado a la Iglesia (puesto que se puede alabar a Dios de muchas maneras). 

La Iglesia del principio tuvo una ortodoxia genuina; y entendamos por ortodoxia las normas de una determinada actividad. La Iglesia empezó alabando al Señor con la ortodoxia correcta, o también podemos decir, empezó alabando al Señor según la oikonomia que Dios les iba revelando gradualmente a los apóstoles. Con el transcurrir del tiempo la Iglesia fue perdiendo la ortodoxia de muchas de sus actividades, entre ellas lo concerniente a la alabanza. Como bien sabemos, la Iglesia fue absorbida por el imperio romano, y por el sistema religioso, de modo que empezaron a tener prácticas que ya no estaban en la oikonomia de Dios. En el siglo III, ya la Iglesia estaba muy corrompida, habían adoptado prácticas que brotaron de la invención de los hombres. Ya para ese tiempo seguramente para cualquier creyente hubiera sido difícil rescatar esta verdad de la alabanza, pues, no había, ni hay nada escrito sobre cómo alabar al Señor. Un principio que debemos tener claro es que la Biblia nos dice “qué hacer”, pero nos dice muy poco sobre “cómo hacerlo”. La Iglesia perdió la ortodoxia apostólica, y al no tener un parámetro en La Escritura de cómo alabar a Dios, tomaron como patrones lo que los hombres empezaron a practicar, así como la influencia del mundo, y todo lo que generacionalmente fue surgiendo. Cuando la Iglesia se institucionalizó, es decir, se convirtió en el imperio católico romano, se rigieron sobre todo a la imitación del mundo y a la tradición, dejando a un lado el legado apostólico. La iglesia bajó los estándares iniciales, ellos se degradaron en todos los aspectos, de modo que lejos de influenciar al mundo, permitieron que el mundo los influenciara. 

Lo que entró a la iglesia por la vía de la imitación del mundo, unas cuantas generaciones después se convirtió en una tradición, en patrones y pivotes de la iglesia misma. Se abandonó la enseñanza apostólica y prevalecieron más los inventos de los hombres. Hasta el día de hoy podemos ver que lo que concierne a la alabanza va evolucionando según la innovación que va teniendo el mundo. No es nuevo que la iglesia imite al mundo, lo que nos asusta hoy en día son los niveles de corrupción del mundo, los cuales sin ningún reparo son imitados por la iglesia. En realidad la iglesia se extravió hace cientos de años a causa de haber imitado al mundo. Al día de hoy nos asusta que algunos pretendan alabar al Señor con reggaeton, pero en realidad la iglesia siempre ha cometido el error de imitar la innovación humana. Hace siglos no existía el reggaeton, pero existían otros géneros de música que la iglesia también imitó. La corrupción de la iglesia no consiste en imitar sus ritmos modernos, sino la actitud de haber imitado en cada generación los inventos de los hombres. Por supuesto, en este tiempo el mundo se ha musicalizado, jamás en la historia existieron medios y formas de escuchar música como ahora en la actualidad. En los tiempos antiguos, los que escuchaban música eran sólo los reyes, y la gente adinerada, pero no era un privilegio para todos. En nuestro tiempo las cosas cambiaron, muchos de nosotros hemos sido testigos de ese traslape generacional, vimos como pasamos de escuchar música en la radio a los streaming de internet. Las plataformas musicales en internet hoy en día ponen a disposición de los usuarios alrededor de unos treinta o cuarenta millones de canciones, ¡Impresionante! El mundo se ha musicalizado en extremo, y la Iglesia en su afán de imitar al mundo, está permitiendo que entre todo tipo de música corrupta. Los líderes no se dan cuenta que así como muchos jóvenes viven bajo la esclavitud de la música mundana, sus congregaciones se han vuelto esclavos de una sobrecarga musical “cristiana”, la cual no es menos dañina. En la mayoría de iglesias los músicos son los jóvenes más carnales, y en algunos casos hasta drogadictos. Algunos líderes han querido frenar la corrupción en las iglesias haciendo unos cuantos cambios, pero se dan cuenta que no es suficiente. 

Podemos decir, entonces, que a lo largo de la historia, después de la época apostólica, la iglesia perdió la ortodoxia en cuanto a la alabanza, y por falta de práctica empezó a imitar al mundo. Al perder la ortodoxia apostólica, junto con la práctica orgánica, la iglesia fue adoptando los patrones musicales del mundo. Al día de hoy vemos resultados catastróficos, es por eso que vale la pena buscar en el pasado, en la doctrina de los apóstoles, cuál es la verdadera ortodoxia para alabar al Señor, buscar la guianza del Espíritu Santo, y practicar una alabanza equilibrada, sobria, según el corazón de Dios. 

La alabanza no la podemos reparar cortando unas cositas, debemos hacer lo que le dijeron al profeta Jeremías: “arrancar, destruir, arruinar, y derribar, para luego edificar y plantar”. Es un buen tiempo para quitar el mal fundamento que adquirimos en cuanto a la alabanza y aceptar un nuevo fundamento según lo que veamos claramente en La Escritura.

Apóstol Marvin Véliz

Comentarios

  1. En realidad hemos quitado la mirada de la principal, que es la Oikonomia de Dios, hemos dejado que todo dentro de la iglesia sea una adaptación mas de lo que el hombre ya ha creado. A pesar que no esta clara la manera correcta en la que tenemos que implementar la música como herramienta solamente, Dios jamas nos muestra en su verdad que la música sera la central al momento de ministrar por medio de la alabanza, la música solamente sera una herramienta un instrumento para ministrar lo que Dios nos esta haciendo vivir.
    Dejemos de intentar hacer a nuestra manera lo que Dios pide solamente ministremos y edifiquemos con o sin instrumentos que nos acompañen.

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  2. que importante es que hagamos de la iglesia segun la oikonomia de dios porque el ser humano a hecho de la iglesia lo que quieren y no respetan la voluntad de dios y eso no debe ser asi,que podamos hacer de la iglesia como era antes segun la voluntad de dios

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  3. Hermanos muchas veces hemos hecho de las iglesia lo que nosotros queremos y deseamos y es a causa de nuestra carne, de nuestro yo que nos hace estar en rebelion delante de Dios y no querer hacer su voluntad, pero que esta palabra nos aga entender que todo lo que sea para su reino, para su iglesia debe ser conforme a su oikonomia.Amen

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