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“ES NECESARIO QUE EL QUE SE ACERCA A DIOS CREA QUE LE HAY…”


“ES NECESARIO QUE EL QUE SE ACERCA A DIOS CREA QUE LE HAY…” 

Quiero iniciar este artículo explicándoles algo concerniente a la fe. Por cuestiones didácticas, digamos que hay dos tipos de fe; a una que le llamaremos “la fe gestadora” y a la otra “la fe posesiva”. Quiero explicarle la diferencia entre ambas. La fe gestadora es, por ejemplo, la que se necesita para que el Señor geste un milagro de sanidad. Si alguien mira a un enfermo y Dios le habla que vaya a orar por él, esa fe será capaz de realizar el milagro de sanidad en la persona enferma. El hermano que oró no tiene capacidad en sí mismo para sanar a un enfermo, pero la fe le da la convicción para declarar y realizar el milagro. (Mateo 8:26; 9:2; 9:22; 15:28; 1 Corintios 12:4-9; ) 

Dice Hebreos 11:1 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Si leemos este pasaje correctamente, podemos darnos cuenta que este verso habla tanto de la fe gestadora, como de la fe posesiva. La fe gestadora es aquella que necesitamos tener porque esperamos que suceda algo y que, precisamente, sabemos que va a suceder porque tenemos fe; mientras que la fe posesiva es aquella que necesitamos para recibir lo que Dios ya nos dio. Todo lo que Dios nos ha dado lo recibimos por fe, viene por la convicción, es decir, no necesitamos esperar recibirlo porque ya nos lo dieron todo, todo es nuestro. (Romanos 1:17; 11:20; Gálatas 2:20; 3:2; Efesios 3:11-12; Colosenses 1:7) 

La fe “posesiva”, por ejemplo, es la que nos sirve al momento de buscar al Señor. Esta fe es la que menciona Hebreos 11:6 “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. Esta fe nos da la convicción de que poseemos al Hijo y que lo tenemos todo en Él; nos trae la convicción de todo lo que hemos recibido de parte de Dios, y lo veamos o no, tenemos la capacidad de disfrutarlo, porque lo recibimos por fe. 

Para acercarnos a Dios, primeramente debemos creer que Él existe. (Hebreos 11:6; Juan 20:29; Romanos 8:15-16; Efesios 2:18; Hebreos 4:16; 10:19) El tiempo de búsqueda del Señor debe ser ejecutado en la fe, debemos creer que Dios existe y que al momento de “recogernos” estamos frente a Él, y Él está con nosotros. Satanás vendrá a minar nuestra mente con pensamientos tales como: “no eres merecedor de Su Presencia”, pero debemos resistirlo mediante la fe “posesiva” porque no es por obras, sino es por gracia; resistamos al adversario creyendo que Cristo es nuestra justicia. En otras ocasiones aún nuestra misma naturaleza carnal nos dirá: “¿Te das cuenta que no sientes nada al estar en silencio?” pero con fe esperemos, porque esto no se trata de sentir, si no de saber por la fe que estamos delante de Él.

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