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HEMOS MUERTO JUNTAMENTE CON EL


HEMOS MUERTO JUNTAMENTE CON EL. 

En la revelación que Dios le dio a Pablo, le mostró que además de Jesús, hay otro personaje juntamente con Él en la cruz. Yo estoy gozoso y contento de lo que el Señor me ha revelado en cuanto al escenario de la cruz. Bendita cruz del calvario, allí está la muerte de Cristo pero también está la muerte de nuestro “yo”. Según La Escritura, nosotros debemos creer que Cristo murió por nosotros, pero también debemos creer que nosotros morimos juntamente con Él. Si usted solo cree que Jesús murió en la cruz, pero no cree que usted murió juntamente con Él, ciertamente será salvo para la eternidad, pero para efectos de vivir el evangelio del Señor, usted tendrá serios problemas. 

Hermanos, debemos fundamentar nuestra fe creyendo que morimos juntamente con Cristo. Leamos los siguientes pasajes que nos dicen claramente esta verdad: 

Gálatas 2:20 “Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. 

Colosenses 2:20 “… habéis muerto con Cristo a los principios elementales del mundo…” 

Romanos 6:6 “Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. v:7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. v:8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él”; 

Esto que estamos tratando es doctrina fundamental, y el Apóstol Pablo nos dice que debemos saberlo y creerlo. No estamos siendo fieles al evangelio si nosotros no ejercemos fe y nos paramos en el fundamento de haber muerto con Cristo en la cruz, esto debe de ser algo básico para nosotros. 

Si usted quiere seguir adelante en el evangelio, y que éste de frutos en este tiempo, no sólo debe creer que Cristo murió por usted, sino que usted murió con Cristo. Todo lo que Dios ya le dio en Cristo puede estar retenido a raíz que usted no cree que murió juntamente con Cristo. Todos los logros que el Señor alcanzó tienen un límite si no creemos que estamos muertos con Cristo. ¿Por qué debemos creer que nosotros estamos muertos? Porque es lo que le da lugar a que la vida de Cristo se desarrolle en nosotros. 

Usted tiene un espíritu en el cual le pusieron a Cristo, y al estar en usted le dieron todo lo que Él es. Obviamente, “Cristo es nuestra herencia, es nuestra tierra prometida”, nosotros tenemos Vida divina porque tenemos a Cristo. Cuando a usted le pregunten si tiene algo divino, usted responda que sí, porque tiene a Cristo. Pueda que usted no parezca ser hijo de Dios, que parecer ser más un incrédulo que un creyente, sin embargo, si ha creído en Jesús y Su obra, tiene Vida divina, es un hecho. Ahora que tiene en su espíritu todo lo que Cristo es y lo que Él tiene, también permita que esto se vaya convirtiendo en su experiencia de Vida. En la medida que usted se lo permita, Cristo va a utilizar todo su ser, su mente, corazón, alma y cuerpo para vivir y expresarse a través suyo. En la medida que usted crea que usted murió con Cristo, en esa medida todo lo divino va a circular en su ser. Hay un gran problema si usted no cree que está muerto, porque entonces actuará como un vivo. Si usted no cree que ha muerto juntamente con Cristo, seguirá actuando conforme a sus pensamientos, obrará en base a su propia voluntad. 

Yo no le estoy diciendo que tiene que morir, sino que debe creer que ya está muerto; eso es así, que no lo crea es su problema, pero que no le quepa la menor duda que Dios lo mató en Cristo. A causa de no creer que usted está muerto, es que usted aun tiene sus propias ideas, sus propios criterios, sus propias metas, proyectos, deseos, etc. 

Si usted tiene deseos propios es porque todavía no cree que ha muerto. Espero que con estas palabras usted identifique si ha creído que murió juntamente con Cristo, y si no es así, empiece a creerlo como su realidad. Este es el fundamento de nuestra fe: Creer que esa bendita cruz le puso fin al Señor Jesús para salvación mía y me puso fin a mí para victoria mía. ¡Amén!

Apóstol Marvin Véliz

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