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LA TRANSICIÓN DEL VERBO ENCARNADO (PARTE I)


LA TRANSICIÓN DEL VERBO ENCARNADO (PARTE I)

Quiero que le ponga suma atención a los siguientes pasajes, ya que estos nos guiarán a entender y comprender la transición del Verbo encarnado, es decir, la transición de Cristo hecho hombre.

Juan 1:1 “En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios”.

Juan 1:14 “Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”.

1 Juan 1:1 “Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que han palpado nuestras manos, acerca del Verbo de vida. v:2 (pues la vida fue manifestada, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos manifestó); v:3 lo que hemos visto y oído, os proclamamos también a vosotros, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y en verdad nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo”.

1 Juan 1:4 “Os escribimos estas cosas para que nuestro gozo sea completo. v:5 Y este es el mensaje que hemos oído de El y que os anunciamos: Dios es luz, y en El no hay tiniebla alguna. v:6 Si decimos que tenemos comunión con El, pero andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad; v:7 mas si andamos en la luz, como El está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado”.

Cuando hablo de “La transición del Verbo”, en resumen me refiero al hecho de que Jesús es el resultado de una serie de transformaciones que sufrió la divinidad hasta hacerse un Dios-hombre y en esta era poder experimentarlo de una manera espiritual y corporativa. El Cristo al que nosotros adoramos hoy, no es el mismo Jesús que nació en Belén; en esencia sí es Dios mismo porque Él es inalterable, pero en cuanto a su expresión es diferente. Usted y yo no podemos tener comunión con el Jesús que nació en Belén, sino con el Jesús que se manifiesta a través de los hermanos que conforman Su Cuerpo. El apóstol Juan dice: “Si decimos que tenemos comunión con El, pero andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad; mas si andamos en la luz, como El está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros…” (1 Juan 1:6–7). Según estos versos, es obvio que ha habido un cambio en la persona del Señor, pues, ahora Él está ligado a un ambiente corporativo, Él es la cabeza de una entidad corporativa llamada Iglesia.

Cuando el apóstol Juan escribió su Evangelio, el Señor lo inspiró para centrarse en la persona de Jesús. El evangelio expuesto por el apóstol Juan es diferente a los demás, ya que es el único que narra más, los mensajes de Jesús, que sus propios milagros. Si somos perspicaces, nos daremos cuenta que el Evangelio de Juan explica muy profundamente acerca de la divinidad del Señor. Esto se debe a que el Apóstol Juan expuso el misterio que estuvo escondido desde los tiempos eternos, el cual, fue revelado a los apóstoles para que lo dieran a la Iglesia. Para poder entender el Evangelio, la clave no es sólo ver la manifestación de Dios en carne, sino Su transición en carne.

Para muchos es relativamente fácil entender que Cristo se hizo carne, pero entender la transición del Verbo por la cual Él puede seguir viviendo en carne a través de la Iglesia que somos nosotros, es el aspecto más conflictivo que no entienden. La historia del Verbo hecho carne empieza en Belén y déjeme decirle que no termina en la resurrección, porque Cristo sigue viviendo en la actualidad en nosotros, Él se manifiesta y se expresa a través de Su nuevo Cuerpo, el cual somos todos los que creemos en Él. El Señor hizo hizo una transición para pasar de un cuerpo individual a un Cuerpo múltiple, el cual es la Iglesia. El apóstol Juan, en su Evangelio se encarga de explicarnos todo este asunto, y desde el primer capítulo empieza a exponer una revelación que nos ayudará a comprender al Verbo y Su transición:

Juan 1:4-5 “En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron”.

En este verso hay una frase que nos ayudará como un pequeño “click”, el cual nos enganchará para entender lo que Juan nos quiere decir del Verbo encarnado. La esencia Divina que vino a tomar cuerpo en Jesús es Vida, y la Vida se dispensa a manera de Luz en los hombres. La Luz es Dios, y sólo Él es capaz de ser y transmitir Vida; Él es Luz y Su iluminación produce en nosotros Vida.

Quiere decir que la manera en la que podemos contemplar a Jesús es por medio de la luz. Todo lo contrario a la luz son las tinieblas. Cuando el Señor vino a la tierra se mostró como una luminaria en un mundo lleno de tinieblas y hasta el día de hoy, cualquiera que se acerca a Él es iluminado, recibe provisión de Vida y puede tener un encuentro con Su persona misma. 

Es interesante ver que el apóstol Juan, en su introducción, empieza describiendo a Jesús como el Verbo, la palabra Divina, pero después del capítulo 1, Juan no vuelve a referirse así del Señor sino que empieza a identificar al Verbo de Dios como la Luz, la cual vino a iluminar al mundo. Leamos los siguientes versos:

Juan 3:19 “Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas”.

Juan 8:12 “Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.

Juan 12:35 “Jesús entonces les dijo: Todavía, por un poco de tiempo, la luz estará entre vosotros. Caminad mientras tenéis la luz, para que no os sorprendan las tinieblas; el que anda en la oscuridad no sabe adónde va”.

Juan 12:46 “Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en mí no permanezca en tinieblas”.

Todos estos versículos nos muestran algo muy importante, Dios tenía interés de que nosotros nos diéramos cuenta que Él es luz y que esa luz nos hace alejarnos de las tinieblas. La luz no sólo representa el conocimiento de Dios, sino la libertad que trae la verdad del Señor a nuestras vidas. 

El mensaje que nos muestra el Evangelio de Juan es bien claro, el Verbo se hizo carne, y al hacerlo, se convirtió en la Luz para todos los mortales. Dicha luz es capaz de evidenciar el corazón de los humanos, como también es capaz de transformarlos. La luz da Vida al mortal, y además, dicha transmisión de Vida Divina provoca en los hombres poder ser libres de las tinieblas. La propuesta de Cristo para el hombre es que le reciban como la Luz del mundo y todo aquel que lo siga no andará en tinieblas.

El Señor vino a proponerse como Luz, una Luz liberadora, dispensadora de Vida, la cual provee el conocimiento del Padre y nos hace salir de las tinieblas. Sin embargo, a pesar de todo lo que Él nos provee por medio de Su persona, cuando Juan escribe Su primera carta, Él nos quiere mostrar algo más profundo sobre ese Verbo que se convirtió en carne.

Todo lo que el Señor nos da a través de Su persona es maravilloso, es real, es eterno, sin embargo, no es completo. No quiero que me mal interprete estas palabras, permítame explicarle. Al decir que Cristo no lo hizo todo en la cruz, lo que quiero que entienda es que la propuesta del Señor no fue sólo la cruz, sino algo más allá. Cristo hizo toda la obra redentora en la Cruz con miras a salvarnos, pero lo que Él tiene planeado para nosotros es más que la salvación eterna. Ya les dije que Cristo es la Divinidad misma en carne, Él es el conocimiento que nos liberta y nos restaura, pero con todo y eso, Juan no habla más de ese Verbo, sino que nos enseña que hay algo más profundo reservado para nosotros.

La transición de Cristo Jesús (como individuo), al plano del Cristo corporativo, que es Su iglesia, es lo que va más allá de la cruz. Es indispensable que nosotros conozcamos esto, pues, sin el contacto con los santos y la comunión con Su Cuerpo, nosotros nos quedamos desprovistos de la luz que es Cristo Jesús. Para fines de salvación personal, la luz de Jesús es suficiente para nosotros pero alcanzar la plenitud de lo que Dios quiere hacer en nosotros, es imposible a menos que conozcamos la transición del Verbo a lo corporativo. 

No podemos centrar toda la obra del Señor hasta la resurrección, por una razón, la transición del Verbo tampoco cesó cuando el Señor Jesucristo resucitó y ascendió, sino hubo algo más, Él se manifestó por medio del Espíritu Santo. La persona de Jesús vino nuevamente en Pentecostés por medio del Espíritu Santo, se dispensó en todos los que estaban reunidos en el aposento alto y en los que a futuro iban a creer en Su persona, para crear así un Cuerpo.

Quiero dejar hasta aquí este artículo para que podamos comentar lo que llevamos visto del mensaje, y espero estén pendientes la próxima semana para darle continuidad a este tema. En la segunda parte de este artículo veremos qué es lo que el Señor nos quiso dar al dispensarse por medio del Espíritu Santo en cada uno de nosotros.

¡Bendiciones!

Apóstol Marvin Véliz

Comentarios

  1. es hermoso entender y practicar esta verdad, amar la luz no es solamente entender su palabra y permanecer en ella aunque si es parte de ello pero lo màs grande es que se nos revele esa luz en cada uno de nuestros hermanos, que podamos entender que amar la luz, la obra del señor en la cruz es amar a nuestros hermanos es tener esa revelación el señor fue perfecto y maravilloso en su plan ahora podemos ser iluminados en la esfera del cuerpo que podamos entender y como a Saulo, amados hermanos al pegarnos a esta verdad, a esta luz que es su cuerpo, sean quitadas las escamas de nuestros ojos....
    amados amemonos unos a otros, con ese amor que viene de Dios, y gravemonos esto que el que no ama a su hermano el que no ve en el cuerpo maravilloso que es su iglesia luz, aun esta en tinieblas...
    anhelemos que el cuerpo de cristo sea una realidad para nuestra vida, y no solo un concepto más.

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  2. Familia casco Rodriguez

    Permítame comentarle hermano, que está palabra fue más q deleitosa para mi familia y para mi. Poníamos como ejemplo q el Señor es como esa antena satelital q emite señal a un tv, pero para q podamos ver lo q la antena transmite tenemos q tener el tv encendido, lo mismo sucede con el Señor, para poder transmitir nosotros esa señal Divina debemos tener nuestro espíritu encendido, activado.
    Él es la luz q alumbra a TODOS LOS HOMBRES. Hermanos es nuestra decisión si permitimos q esa luz q disipa las tinieblas nos ilumine.
    Bendiciones!!!!

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  3. Que hermosa esta palabra y que importante es que se nos sea revelado lo que Dios iso en la cruz y el amor que tuvo por cada uno de nosotros aun siendo pecadores, y si es necesario entender la palabra, buscar del Señor pero no solo es eso, hermanos tomemos el ejemplo de Dios y apesar de como seamos porque somos humanos defectuosos amemonos porque somos un solo cuerpo por medio de Cristo Jesus.Amen

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  4. Que hermosos es poder entender que ahora el señor ya no es el que nacio en belen si no al morir en la cruz se convirtio en el cristo corporativo que hermoso que podamos entender eso y ahora como es corporativo es necesario que para tener comunion con el solo la podremos tener atraves de nuestros hermanos amen

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