LA NECESIDAD DE CONTEMPORIZAR EL MENSAJE DE LA PALABRA PARA LAS GENERACIONES EMERGENTES.
Los que compartimos la palabra debemos hacer accesible el mensaje para la generación presente. Dios nos permita en la eternidad encontrarnos con dos grandes hombres que marcaron la historia, hablamos de Casiodoro de Reina, y Cipriano de Valera. Estos dos hombres tradujeron la Biblia al lenguaje español bajo presión y mucha persecución, pero hicieron un trabajo tan preciso y hermoso a la vez, que a lo largo de los años solamente se han hecho pequeñas actualizaciones para acoplarla al contexto de las diferentes generaciones que hemos venido apareciendo. Al día de hoy, la Biblia, y precisamente la Versión Reina-Valera versión de 1960, es el libro más vendido en el idioma español. Hay mucha gente que se ha dedicado a la hermosa tarea de traducir la Biblia en muchos lenguajes, han tenido la responsabilidad de contemporizar el mensaje del Señor, lo han hecho accesible para los hombres, y esa es la actitud que todos debemos tener. Nosotros, como iglesias, aunque no nos dediquemos a traducir la Biblia, de igual manera debemos hacer esfuerzos por contemporizar el mensaje que predicamos. Ocupémonos de que los niños y los jóvenes entiendan el mensaje que predicamos, para que un día no muy lejano ellos también puedan empezar a predicarlo.
Hermanos mayores, si ustedes van a hablarle a un jovencito de la generación “Z”, sepan que con ellos tienen que ser breves, no pueden hablarles demasiado tiempo, porque uno de los rasgos de esta generación es su poca atención. Procuren enviarles mensajes de texto porque esa es la forma en la que ellos atienden, soporten que ellos están adaptados al uso de un celular inteligente; es parte de los cambios que existen entre las generaciones de los mayores y las generaciones más jóvenes.
Hace años retamos a los jóvenes a no usar las redes sociales, pero reconocemos que erramos en ese punto. Lo que debimos procurar es que los jóvenes se integraran a la Iglesia, es la forma orgánica en la que van a ser libres del veneno del sistema mundanal. Hoy en día, no solamente los jóvenes están atados a un celular, hasta los viejos tienen la necesidad, o el gusto por la tecnología, de modo que todos podemos volvernos esclavos de estos aparatos. No descartemos el uso de los celulares, ni las redes sociales, ni ningún otro recurso tecnológico, más bien usemos estos medios para proclamar el Evangelio, y así poder transmitir el conocimiento que hemos adquirido en la vida, tanto en lo natural como lo espiritual.
Todas las generaciones tendrán sus diferencias, aceptémoslo. La mayoría de los creyentes “X” conocieron al Señor en medio de la religión evangélica, tuvieron de tutores a una cepa de hermanos “tradicionalistas”, que como su nombre lo indica era gente muy legalista. En algún momento ambos tuvieron que entender que los tiempos habían cambiado y ya no podían seguir con tantos legalismos, de modo que los varones “X” empezaron a jugar al fútbol, las hermanas empezaron a usar pantalones, a maquillarse, y eso no es pecado, sencillamente son los cambios que experimentan las generaciones. Ahora ha llegado el tiempo de que los “X” dejen de ser cuadrados con los “Z”, y acepten sus diferencias. Seguramente en el tiempo futuro los “Z” tendrán que ser todavía más flexibles con los que hoy son infantes, porque el mundo seguirá cambiando. No fomentemos la inmoralidad, la Iglesia siempre deberá buscar la santidad, pero no confundamos “santidad” con legalismo. Seamos libres, seamos amplios de mente, no sea que perdamos el vínculo espiritual con las generaciones emergentes. Enseñémosle a los jovencitos a salir de su “generación” integrándose a la Iglesia.
Apóstol Marvin Véliz
Es un reto en extremo grande que obedece a tener pegados a costa de cualquier precio a todos los usuarios que se dejen seducir.
ResponderEliminarEs. Cierto lo que hablemos a nuestros jóvenes debe ser liviano.. No complicado
ResponderEliminarLo mejor es que es organico y se practica diariamente en lo secular con nuestro proceder damos ejemplo diario ya que la igesia y la vida cotidiana deben ser lo mismo, somos la iglesia andando en el sistema
Entonces mandemos mensajitos a cuánto contacto tengamos.