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EL MOVIMIENTO DEL ANTICRISTO NO ES UN PERSONAJE, SINO UN ESPÍRITU DE ERROR


EL MOVIMIENTO DEL ANTICRISTO NO ES UN PERSONAJE, SINO UN ESPÍRITU DE ERROR

Dice 1 Juan 2:18 

“Hijitos, es la última hora, y así como oísteis que el anticristo viene, también ahora han surgido muchos anticristos; por eso sabemos que es la última hora. v:19 Salieron de nosotros, pero en realidad no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron, a fin de que se manifestara que no todos son de nosotros. v:20 Pero vosotros tenéis unción del Santo, y todos vosotros lo sabéis. v:21 No os he escrito porque ignoréis la verdad, sino porque la conocéis y porque ninguna mentira procede de la verdad. v:22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. v:23 Todo aquel que niega al Hijo tampoco tiene al Padre; el que confiesa al Hijo tiene también al Padre. v:24 En cuanto a vosotros, que permanezca en vosotros lo que oísteis desde el principio. Si lo que oísteis desde el principio permanece en vosotros, vosotros también permaneceréis en el Hijo y en el Padre. v:25 Y esta es la promesa que El mismo nos hizo: la vida eterna. v:26 Os he escrito estas cosas respecto a los que están tratando de engañaros. v:27 Y en cuanto a vosotros, la unción que recibisteis de El permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; pero así como su unción os enseña acerca de todas las cosas, y es verdadera y no mentira, y así como os ha enseñado, permanecéis en El. v:28 Y ahora, hijos, permaneced en El, para que cuando se manifieste, tengamos confianza y no nos apartemos de El avergonzados en su venida. v:29 Si sabéis que El es justo, sabéis también que todo el que hace justicia es nacido de El”.

Es impresionante que el famoso personaje del “anticristo” aparece en toda la Biblia, única y exclusivamente en los escritos del apóstol Juan. Cuando hablamos de anticristos, definitivamente viene a nuestra mente un personaje, a manera de emperador, que creemos ha de dominar al mundo entero. Quiero mostrarles que para Juan el anticristo jamás fue ese personaje. La doctrina popular del anticristo ha sido tan fantástica, y tan ingeniosamente elaborada, que se ha creído en la mayoría de denominaciones evangélicas. Hoy en día casi nadie cree que no exista un “anticristo” a la manera de un líder mundial, y a estas alturas es demasiado bonito como para dejar de creer en ello; si Juan resucitara y oyera charlas sobre el anticristo, se volvería a morir del susto porque él nunca habló de lo que hoy todos “saben” y hablan al respecto. Este personaje ha cobrado tanta popularidad entre los cristianos, que la mayoría piensan que Pablo habló de él en sus cartas, que Apocalipsis, Daniel y Ezequiel también profetizaron de él, sin embargo, el único que habló del anticristo fue Juan, y en sus cartas nunca se refirió a un líder político.

Si algo es impresionante en la carta de Juan es que casi en ningún pasaje de todas sus cartas cambia de tema. El apóstol Juan siempre está hablando de Cristo en la práctica, a diferencia de Pablo, que habló del Cuerpo de Cristo a nivel de una revelación. Pablo decía: 

“Mi oración es que los ojos de vuestro corazón sean iluminados, para que sepáis cuál es la esperanza de su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la eficacia de la fuerza de su poder” 
(Efesios 1:18-19). 

Pablo procuró que entendiéramos el Misterio, Juan deducía que los receptores de su carta ya entendían el Misterio que es Cristo y la Iglesia. Juan se dedicó a mostrarnos que el Misterio no sólo se debe creer, sino se debe practicar, por eso al inicio de su carta él advierte: 

“El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está aún en tinieblas” 
(1 Juan 2:9). 

Juan baja el conocimiento de Pablo a la práctica y le dice a toda la cristiandad: ¡si de verdad dices ser cristiano, y dices que amas a Dios, ama también a tu hermano, sino eres un mentiroso!

Juan en toda su carta insiste a los creyentes que dejen de ser hipócritas y que practiquen lo que creen. Curiosamente, el tema predominante es el amor que deben tenerse los creyentes, pero a la vez, habla del anticristo. A estas alturas, sólo leemos “anticristo”, y nos ubicamos en un evento futuro, casi sentimos que andamos huyendo en las montañas para que el anticristo no nos vaya a poner el sello del “666”. Yo quiero decirle en esta ocasión que olvide toda esa película fantasiosa que creamos acerca del anticristo. No se preocupe de que un día le van a sellar la frente o la mano, el sello en la frente tipifica el trabajo que el diablo hace en los creyentes para que dejen de creer en el Misterio, y el sello en la mano es la manipulación de satanás para que el creyente deje de hacer cosas buenas para el Cuerpo de Cristo. Dejemos los inventos humanos, doctrinas de hombres, y tratemos de ubicar nuestra mente en la realidad que el apóstol Juan nos quiso enseñar.

Dice 1 Juan 2:18 

“Hijitos, es la última hora, y así como oísteis que el anticristo viene, también ahora han surgido muchos anticristos; por eso sabemos que es la última hora”. 

Juan habla de una última hora, yo siempre me había preguntado a qué se refiere con eso de la “última hora”, de modo que escudriñé La Escritura y me sorprendí al ver que solo en Juan emplea ese término de la última hora. Antes de darle una explicación, quiero advertirle que yo no soy amigo de los historiadores, porque la historia previa a nuestros días podemos comprobarla un tanto más fehacientemente, pero lo que sucedió hace miles de años, a mi juicio, tiene un gran margen de error. A pesar de mi escepticismo por la historia, encontré un dato muy curioso en el que convergen muchos historiadores, y es el hecho de que el único apóstol que escribió después del año 70 D.C. fue el apóstol Juan. En otras palabras, Juan todavía escribió en los días posteriores a la destrucción del Templo. Los acontecimientos políticos que acontecieron alrededor del año 70 D.C. no sólo cambiaron el mundo de aquellos días, sino cambiaron toda la historia. No olvidemos que Dios mismo fue quien promovió que se destruyera el Templo, y que no quedara piedra sobre piedra del Templo de Jerusalén (Marcos 13:2). Después de la destrucción del templo de Jerusalén, casualmente ninguno de los apóstoles escribió más, a excepción de Juan, quien se cree escribió aproximadamente entre los años 85 – 95 d.C. es decir, entre quince y veinticinco años después de la destrucción del Templo. Según los historiadores esta es la razón por la que Juan menciona que están en la ultima hora, porque se refería a que todo lo anterior (La era de la Ley, que incluía al Templo) ya era solo un recuerdo. En ese contexto el añade que se ha de levantar el anticristo, pero explica inmediatamente que esta figura no es un hombre, sino muchos hombres (eso es lo que dice 1 Juan 2:18). Este contexto nos lleva al entendimiento que el movimiento del Anticristo es un espíritu de error, una doctrina desacertada que vendría a meterse en la Iglesia, la cual iban a abrazar muchos. Para el apóstol Juan cada creyente que abrazara esa doctrina vendría a ser un anticristo, porque anticristo no es otra cosa más que aquel o aquello “contrario a Cristo”.

Apóstol Marvin Véliz

Comentarios

  1. Como es de increible que pensamos que el anticristo es una persona maligna y todos esos cuentos que nos hacemos en nuestra mente pero eso no es asi que nos da a entender claramente que son los que crean otras doctrinas que no tienen nada que ver con lo que Dios nos ha revelado osea que nos revela en su palabra y en estos tiempos podemos ver muchas personas asi que hacen del evangelio lo que se les antoja y van encontra de lo que ordena y dice Dios asi que hermano sigamos la verdad de Dios y no lo que inventa el ser humano que eso solo trae muerte. Benjamin

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  2. En realidad para mi fue algo impresionante saber hacerca de este tema siempre vive bajo esa doctrina que ha venido predominando por mucho tiempo y creo que cuando nos dedicamos a prestar más atención a la palabra ha leer con más voracidad el señor nos va abriendo el entendimiento y nuevo velo va siendo quitado de nuestra vista la vista espiritual empieza a tener más apertura al conocimiento de la palabra de Dios y es interesante que todo aquel que no cree en Jesucristo ya es constituido anticristo y esto que encontramos al leer la palabra nos cambia totalmente la visión del apóstol Pablo

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